lunes, 24 de septiembre de 2012

Levantamiento de integrantes #YoSoy132 en Puebla.


El sábado 15 de septiembre de 2012 en pleno inicio de la jornada laboral fueron desalojados del zócalo de la Ciudad de Puebla, los integrantes del movimiento-campamento #YoSoy132. Alrededor de unos 50 jóvenes fueron puestos a disposición de diversos Juzgados Calificadores bajo la supuesta falta administrativa de “alteración del orden público”. La verdadera  razón es una muy distinta.

                Ese día por la noche se daría el grito de independencia; policías municipales y del área metropolitana arribaron a la plaza céntrica de la Capital Poblana y levantaron junto con todas sus pertenencias a los integrantes del movimiento #YoSoy132, quienes libremente y en pleno ejercicio de sus derechos humanos, se manifestaban contra el resultado de las elecciones presidenciales y la resolución del TEPJF. Situación que venían haciendo desde hace tiempo frente al Palacio Municipal, y donde año tras año en punto de las 11:30pm., el Gobernador del Estado encabeza el grito de Independencia.

                Desde temprano, diversos medios de comunicación hicieron difusa la nota y antes de medio día ya había un escándalo por la detención de alrededor de 50 jóvenes integrantes de dicho movimiento. Fue entonces cuando el Secretario de Gobierno Fernando Manzanilla Prieto salió a dar la noticia y con aires de bondad solicito, o más bien determinó que de manera express se liberaran a todos los jóvenes detenidos por la misma causa, al mismo tiempo que se condonaban las multas que como sanción administrativa correspondían hacerse acreedores.

En este hecho existen dos puntos complejos e interesantes para analizar. El primero es el entorno político que como tal motivó el desalojo de los estudiantes y el segundo la arbitrariedad del Gobierno Estatal y Municipal para pasar por encima de los derechos fundamentales de un sector social que se manifiesta de manera libre y pacífica.

                Parece ser que la causa principal del desalojo de los estudiantes en el Zócalo de la Capital Poblana no tuvo fin diverso, más que el de tener listo y en orden el lugar que sería sede para dar el Grito de Independencia, cosa que no es de extrañarse por dos puntos indiscutibles, por un lado brindar las condiciones de seguridad y orden para la celebración de los festejos patrios y por el otro, el egocentrismo y autoritarismo que caracteriza al Gobierno Rafael Moreno Valle, para no acudir a lugar alguno sin que se cumplan con los requisitos previos establecidos por él y de su grupo de asesores para su seguridad personal.

                El segundo punto es más alarmante que complejo. De manera arbitraria, funcionarios de la Policía Municipal levantan en su totalidad la manifestación del movimiento estudiantil encuadrando la conducta que motiva dicha actuación de manera absurda en una supuesta “alteración del orden público”. A lo anterior, nace la pregunta para la autoridad municipal del ¿Por qué no actuó antes si esa manifestación llevaba más de un mes? La respuesta es omisa por ser obvia. La autoridad no es tonta y sabe que los estudiantes del #YoSoy132 se encuentran en pleno uso de sus derechos constitucionales, por lo que atentar contra los actos de dicho movimiento atenta al mismo tiempo contra los derechos humanos de los mismos.

Desde esta perspectiva, es en consecuencia inaplicable la conducta de “alteración del orden público” porque el ejercicio de un derecho constitucional no puede ser a la vez una falta administrativa. Pensar que podría ser encuadrada, es ilógico por naturaleza de ambos conceptos. Dicho lo anterior, tampoco es acreditable multa alguna por dicha conducta y entonces su condonación es igualmente inaplicable. Así pues, el actuar de la autoridad carece de bondad y justicia, pues nada puede otorgársele como meritorio al Gobierno del Estado que tan gentilmente y de manera express agilizó trámites y autorizó condonaciones de multas para que los jóvenes pudieran disfrutar ese día de las fiestas patrias (esta petición es incoherente pues las competencias son distintas, perteneciendo una al orden municipal y la otra al estatal).

                Breve, considero que el Gobierno Estatal y Municipal deben ser más inteligentes y astutos en este aspecto. No puede permitirse el gran error de que al momento de complacer a una parte de la sociedad, se atropelle los intereses y derechos de la otra. Este tipo de arbitrariedades que terminan en ser abusos de autoridad, solo demuestran la falta de capacidad política de un Gobierno que se muestra cerrado al diálogo. Los jóvenes del movimiento #YoSoy132 han comenzado a hacer sus denuncias en la Comisión de Derechos Humanos del Estado, pero habrá que esperar a ver su actuación, pues si de algo podemos quejarnos los poblanos es que la CEDH ha servido desde su creación, por lo menos en nuestra Entidad para dos cosas: para nada y para lo mismo. En fin, estaremos comentando más adelante.   

martes, 4 de septiembre de 2012

La sentencia del TEPJF.


Después de casi dos meses de que se celebraron los comicios electorales, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, emitió su resolución final a través de la cual se declara válida la elección y en consecuencia se acredita a Enrique Peña Nieto como Presidente Electo de México.

            Es interesante el tiempo transcurrido desde el primero de julio hasta hoy, porque a lo largo de este periodo, se hicieron estudios y análisis extrajudiciales que nos permitieron tener una visión más amplia de la manera en la que se suscitaron las elecciones y todo lo que ellas implican.

            La semana pasada en su columna del diario Reforma, Jesús Silva-Herzog Márquez hizo un análisis y dio una perspectiva, a mi punto de vista bastante interesante, en la que plasmaba que el TEPJF debía de hacer énfasis primordial en el corazón de la demanda del Movimiento Progresista. Es decir, debían de pronunciarse respecto de si se había violado o no, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, sobre si se había trasgredido o no, el sentido y la esencia que consagra la Ley Suprema sobre el derecho a sufragar y participar la sociedad en la elección de sus representantes.   

            El Movimiento Progresista, solicitaba la anulación de los comicios electorales por una causa primordial: Que no existieron elecciones limpias, equitativas y transparentes. Este hecho que me parece fundamental para determinar si procedía o no la anulación de tales comicios, fue ignorada en su totalidad a lo largo de las poco más de cinco horas que duró la transmisión de la sesión en la que se dictaba el fallo electoral. Los magistrados que conforman la máxima autoridad en la materia, en ningún momento hicieron un análisis profundo de ello, es más, pareciera que no tuvieron ni siquiera el interés para adentrar un poco en el tema. El papel de los juzgadores, se limitó únicamente a desechar todas las pruebas, haciendo mención de que ninguna de ellas era lo suficientemente consistente como para ameritar un análisis mayormente robusto, al grado tal que inclusive un Magistrado señaló que se estaba ante la presencia de “pruebas que no son pruebas”, y de este tipo mil razonamientos más de quienes dicen ser los máximos impartidores de justicia en materia electoral del país.

            Es un hecho de que el PRI y su candidato Enrique Peña Nieto, obtuvieron la mayoría de las votaciones en los comicios electorales, pero también es cierto que el candidato priista, fue el más protegido por los poderes facticos de los medios de comunicación y monopolios de todo tipo. Se contaron nuevamente los votos uno a uno, e incluso se anularon casillas donde se encontraron mayor número de irregularidades, pero el punto primordial, y en ese sentido he de compartir la opinión de la Izquierda mexicana, no se puede tener una elección limpia, equitativa y transparente mientras no exista la voluntad ni la ética para hacer bien las cosas.

            Parece entonces, que ya es una costumbre que después de cada elección se tiene que hacer una reforma en materia electoral, porque los partidos políticos siempre encuentran el camino para violar de manera legal el sentido y las razones por las que surge una Ley y/o sus subsecuentes reformas; mirando muy de vez en cuando de que no sería necesaria dicha costumbre, si existiera ética en los actores políticos y Jueces, partícipes en una jornada electoral. Eduardo Couture, un gran jurista uruguayo, apunta acertadamente que “el deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en conflicto el derecho con la justicia, lucha siempre por la justicia.” Los Magistrados del TEPJF, se inclinaron por un Derecho mexicano incapaz de garantizar el derecho a la Justicia, por este que no fue pensado para hacerse en favor de la sociedad mexicana. En ese sentido, el papel de dichos juzgadores, sarcásticos en cierto punto, se apegaron solamente al Derecho, y dejaron de lado la razón para emitir opiniones sin sentido.

            He remarcado en muchas ocasiones que a mi parecer, haber anulado la elección, no representaba darle la razón a la izquierda en un sentido político; más bien, se inclinaba a la postura de respetar los derechos de un pueblo para elegir a sus gobernantes libremente, y desde esa esa perspectiva, sin influencia ni intervenciones de los poderes fácticos que son poco respecto de los temas donde no les compete estar. Anular los comicios, significaba pues darle el lugar que México necesita para aprender que deben darse y hacerse las cosas correctamente para generar un verdadero cambio que nos permita no seguir estancados en los mismos problemas de siempre.

            En fin, México tiene hoy un Presidente Electo y es Enrique Peña Nieto, un hombre polémico por muchas cosas que dejó ver de sí mismo a lo largo de todos estos años desde que fue Gobernante del Estado de México. Un hombre hecho a la vieja escuela autoritaria priista, formado en un estado donde por más de ochenta años el PRI ha sido el partido en el poder; un señor envuelto en un “escándalo protegido” por el dudoso fallecimiento de su esposa Mónica Pretelini; una persona de bajo grado cultural incapaz de dar el nombre de tres libros que marcaron su vida en la FIL de Guadalajara en Diciembre de 2011; un político que no tuvo más carrera en la administración pública que el ser Gobernador de un Estado deficiente por la poca transparencia y rendición de cuentas que predomina; un padre de familia con una hija arrogante, que demuestra el poco conocimiento de la realidad social mexicana; el mismo que desconoce el salario mínimo del país que piensa gobernar, y que desconoce los precios de la canasta básica porque “no es la señora de la casa”; ese Enrique Peña Nieto, un hombre que llegó al poder gracias a una campaña armada desde casa, con protección absoluta de quienes tienen el control del país, de quienes viven a favor de un neoliberalismo capaz de producir 60 millones de pobres pero incapaz de resolver los problemas fundamentales del empleo, salud, vivienda, educación, seguridad, productividad, competencia, y la pobreza misma entre otros.

            Los mexicanos tienen hoy por hoy un Presidente que comenzará sus labores a partir del 1° de Diciembre de 2012, y pasaran seis años para que podamos nuevamente tener la oportunidad de elegir a quien dirigirá la Nación por los siguientes seis. Ojalá y esa sexta parte de la sociedad, es decir 19 millones números cerrados de los 120 que aproximadamente somos, que eligió a Peña Nieto para ser su Presidente, no se equivoquen y no pasen por desperdiciados los seis años que se avecinan. Aunque francamente y conociendo el historial del PRI y de EPN, tengo poca esperanza de que al validar la elección y nombrar a un Presidente Electo, se haya protegido la voluntad de los mexicanos que en minoría tomaron, a su parecer, la decisión más correcta.  

martes, 28 de agosto de 2012

El ataque a los agentes de EUA y los narcobloqueos de Guadalajara.


El sexenio de Calderón inició mal, y parece un hecho inevitable el que concluirá de igual manera. La ola de violencia va en crecimiento a la par que las consecuencias de la misma parecen ser cada vez más graves.

            La semana pasada, sucedieron dos acontecimientos que ponen en evidencia el descontrol que existe en la fracasada estrategia de seguridad del gobierno panista: El ataque del pasado viernes en la carretera libre México- Cuernavaca en contra de dos agentes de los Estados Unidos; y los narcobloqueos a las salidas de la Ciudad de Guadalajara el día sábado y domingo en la madrugada.

            El primero de estos sucesos, es sin duda un hecho que sea cual sea el ángulo por el que quiera verse, tiene tintes en demasía bizarros que caen al punto de lo irrisorio. Es completamente ilógico que elementos de la policía federal hayan abierto fuego directo contra un vehículo de matrícula extranjera por estar en su incansable cacería de brujas, o mejor dicho “brujas de cacería”. Ilógico lo es aún más, que después de haber abierto el fuego, se percatan de que dentro de la camioneta hay efectivamente dos agentes estadounidenses, pero además de ello, acompañados por un Capitán de la Marina mexicana que la hacía de chofer de los primeros para que al final de cuentas, como siempre, se hiciera presente el silencio absoluto de las autoridades mexicanas y estadounidenses respecto al tema. Hasta la fecha siguen sin saber a precisión que decir para justificar este ilógico acontecimiento.

            El tema es completamente alarmante y lo es por el hecho de que si bien es cierto que la soberanía nacional siempre se ha visto vulnerada por la constante penetración del gobierno estadounidense en la toma de decisiones del mexicano, hoy día, el cinismo de los mismos, ha llegado a la evidencia histórica en la que la falta de organización, se convierte en el aspecto revelador de este tipo de actos vergonzosos que evidencian a dos Estados, coludidos el uno con el otro, donde el más débil, es quien paga siempre los platos rotos.

            El segundo suceso, tiene que ver con los narcobloqueos que se dieron el sábado y domingo por la madrugada en la Ciudad de Guadalajara, Jalisco. Esta  metrópoli, la segunda o tercera más importante del país, padece constantemente un ambiente de violencia que día a día va en aumento. Lo ocurrido el fin de semana pasado no ha sido un hecho menor, y es que se dieron 28 bloqueos en las salidas más importantes de la Ciudad Jalisciense, lo que provocó un caos interno que se hizo ver inmediatamente por las redes sociales, aun cuando el Gobernador panista de Jalisco negaba los hechos, mismos dichos que fueron desmentidos por su Secretario de Seguridad Pública poco tiempo después.

            La incapacidad del Estado es día a día más visible, pues carece de policías eficientes, preparadas y capacitadas para hacer frente a esta problemática. Aunado a eso, hay que mencionar que el ejército y la marina han desempeñado un papel cuestionadísimo al margen de esta política de seguridad nacional por la manera en la que ejecutan la misma. Para bien o para mal, no hay que descuidar en ningún momento de que el problema viene de raíz y en consecuencia no puede juzgarse únicamente a quienes dicen ser los malos ejecutores de dicha política, sino desde quien encomienda esa política omitiendo las deficiencias de fondo y forma que existen institucionalmente.

            El punto es, que preocupa ver como la sociedad se encuentra completamente indefensa frente a la delincuencia y al Estado mismo. Estamos llegando al punto de no poder confiar en las autoridades porque están coludidas en corrupción y son incapaces de garantizar la seguridad de sus habitantes. El gobierno entrante tendrá mucho que negociar y conciliar si verdaderamente quiere disminuir estos alarmantes índices de violencia en el país. Comenzar por limpiar la casa antes de salir a limpiar la calle y disminuir los índices de pobreza que tanto orillan a las personas de bajos recursos a sumarse a las líneas de la delicuencia, invertir en educación, generar empleos, y en fin una larga lista de pendientes que hacen falta para reconstruir al país.

            El gobierno azul comienza con una cuenta regresiva que seguramente ya ansiaba. Calderón se va, pero llega otro con la problemática que pondrá a prueba la capacidad de la nueva Administración para tomar la difícil decisión de permitirle a México volver a sus épocas agónicas, pero al final de cuentas, en “paz” o seguir en las mismas, sin rumbo definido navegando a la deriva. 

miércoles, 22 de agosto de 2012

El trasfondo político-económico del conflicto de las Telecomunicaciones.


Estas tres últimas semanas han sido trascendentales en el conflicto que se ha suscitado entre el Gobierno Federal y la empresa de comunicaciones MVS. Hemos tenido a la vista dos aristas importantísimas para entender lo que está sucediendo: la perspectiva del “buen” gobierno Calderonista y la resistencia activa de la empresa de la familia Vargas.

            Los dichos han ido y venido, y al final de cuentas, seguimos con la misma incógnita sin poder decidir a quién debe atribuírsele la razón en este caso. El gobierno de la república lo denomina como “El rescate de la banda de 2.5 Ghz”, al tiempo que argumenta que no era explotada de la manera debida y que cuando existió la posibilidad de darle la utilidad que merecía, pues simplemente no se arreglaron en precio; es decir, el costo de la 2.5 era bajo comparado con la utilidad de la misma. Por otro lado, Joaquín Vargas, Presidente del Grupo de MVS Comunicaciones, refuta esa versión diciendo que todo forma parte de un “chantaje” proveniente del ejecutivo federal para inhibir la competencia en materia de Telecomunicaciones, y así poder entregar en bandeja de oro a la fusión Televisa-TvAzteca, la banda más codiciada que permitiría estar a la vanguardia en materia de Telecomunicaciones a cualquier empresa y poder brindar servicios de alta calidad a un precio accesible, entre otras cosas.

            Lo cierto es que desde la polémica salida de Carmen Aristegui hace ya dieciocho meses, cuando se suscitó el conflicto de la molesta pregunta de si ¿tiene o no problemas de alcoholismo el Presidente de la República?, se argumentaba que más que un ataque a la libertad de expresión (en lo cual hay algo de cierto), el verdadero trasfondo respecto de su salida, se apegaba a conflictos económicos entre Gobierno y empresa sobre precisamente esta banda de 2.5Ghz, con la que MVS pretendía hacer competencia a las televisoras, ante la inminente fusión que se avecinada y que se consolidó, como el peligrosísimo acto de concentración en materia de Telecomunicaciones que representa para nuestro país.

            Hoy día, una vez concretado el retiro de esta licitación, salen a la luz los trapos al sol tanto de una parte como de la otra; y en esa tesitura de ideas, el trasfondo real que existe sobre la banda que todos quieren, tal y como apunta Ramón Alberto Garza de Reporte Indigo. El meollo del asunto, apunta entonces a un trasfondo político con meras intenciones económicas, y no tanto a la protección que deba darse a un derecho como la libertad de expresión, el cual sin duda, no debe dejarse a un lado.

Es evidente la intención de Calderón al tomar esta decisión justo después de que han sido celebrados los comicios electorales y a unos días de que el Tribunal Electoral de Poder Judicial de la Federación emita el fallo respectivo en el que muy probablemente declare como Presidente electo a Enrique Peña Nieto. Por lo que de ser así, veríamos entonces perfeccionado el nefasto plan de Televisa para imponer sus intereses monopólicos por encima de los de Nación (nada raro por cierto).

Podemos decir que la obra se representa en tres actos: 1) Televisa arma la campaña presidencial de Peña Nieto; 2) El PRI gana la contienda presidencial; 3) Peña Nieto y el PRI pagan el favor a Televisa, concediéndoles la banda de 2.5 Ghz a efecto de que puedan explotar sin problema alguno, la concentración y fusión que ha llevado a cabo con Tv Azteca.

Así pues, una vez más como cada sexenio, el castigo se lo lleva el más desobediente de los niños. Y es entonces como Scherer, Gutierrez Vivó y ahora los Vargas son los que pagan la travesura que se convirtió en el capricho de los Presidentes.

           Llevar el conflicto a los Tribunales, puede ser lo más conveniente en este caso aun cuando exista poca credibilidad en las Instituciones mexicanas, pero creo que es necesaria esta intervención, para dar un giro un poco más formal a todas estas acusaciones sin sentido que van y vienen de un lado al otro entre chismes que emanan tanto del poder público como lo es el Gobierno de la República, como del privado en el caso de esta importantísima empresa mexicana. Y que en todo caso, quienes debemos estar informados al respecto somos nosotros los ciudadanos, pues el espectro electromagnético es de orden público y en consecuencia de la Nación mexicana, lo que sin duda nos incluye.

lunes, 13 de agosto de 2012

Londres 2012 y lo qué dejaron los juegos olímpicos.


El fin de semana pasado, llegaron a su fin los juegos olímpicos de Londres 2012. Con estos, concluyó la trigésima primera edición de los mismos desde su reinstauración en el año de 1896 en Atenas, Grecia. Los próximos juegos se celebrarán en la Ciudad de Rio de Janeiro, Brasil para el año 2016, y la nación anfitriona ha comenzado desde este momento con los preparativos para este destacadísimo evento a nivel internacional.

            Aunque existen muchas perspectivas acerca de los juegos olímpicos a nivel global, es innegable la trascendencia que representa un evento de esta magnitud donde naciones de todo tipo, rompen ideología política, religiosa, social, etcétera, para participar en un ambiente de competencia distinta de la que normalmente se ven envueltas en su entorno habitual.

            En esta ocasión, y como casualmente llega a ocurrir, el primer lugar del medallero es encabezado por los Estados Unidos de América, seguido muy de cerca por la República Popular China y en el tercer lugar, el país anfitrión de la Gran Bretaña. Es interesante el papel de competencia que se desarrolla incluso en el ámbito del deporte y que refleja al mismo tiempo, un escenario no muy distinto al económico, político o social en el que cotidianamente se desarrollan las naciones. Es decir, las potencias mundiales son igualmente potencias en el deporte; panorama que no debe sorprender mucho cuando se analizan las condiciones comunes de cada país.

            Sin embargo, y acá me gustaría hacer un énfasis, el papel de México sigue siendo a mi parecer muy semejante al que existía en un pasado. Aun cuando se ha hecho referencia de que en estos juegos olímpicos, el papel de nuestro país ha sido el mejor de la historia, considero que todavía falta mucho por madurar para verdaderamente desempeñar un papel del cual podamos sentirnos orgullosos. No basta solamente con hacer referencia a que se “ha roto el record mexicano”, o que “estuvimos cerca de ganar el oro” o peor aún “estuvimos cerca de ganar una medalla”. A mi parecer, las medallas no representan el buen o mal desempeño que puede tenerse en cualquier competencia, puesto que en ocasiones no siempre el que se lleva la medalla de oro ha sido el mejor jugador o mejor competidor en una u otra disciplina, sino todo lo contrario el desempeño se mide por la capacidad de cada participante para dar todo y lo mejor de sí mismo.

            Me pregunto la manera en que habrán celebrado sus preseas de oro, plata o bronce, en al menos los tres países que encabezaron el medallero olímpico. Y es que el día sábado, fecha en que la selección mexicana de futbol ganó su única medalla de oro en el deporte que es considerado como el nacional, se festejó a lo largo y ancho del territorio, el hecho inédito que muchas personas esperanzaban. Las televisoras y radiodifusoras de la República se llenaron de anuncios propagandísticos que llegaban verdaderamente al corazón de los mexicanos con mensajes de triunfo y éxito para demostrar que los sueños son posibles. Así, la sociedad se reencontró y refugió una vez más, en un instante de felicidad de los que para esta nación, desgraciadamente suelen ser escasos.

            La verdadera moraleja de las olimpíadas, debería estar enfocada en un sentimiento de superación y no de conformismo. Creo que las siete preseas que con mucho esfuerzo ganaron los atletas mexicanos, solamente pueden servirnos de lección si podemos aprender por ejemplo, de la seguridad que tienen los estadounidenses en cada una de sus competencias; de la disciplina con la que han sido educados los chinos para lograr el mayor de los éxitos; o de la euforia británica para sentirse en casa con esa confianza que los posicionó en el tercer lugar del escalafón.

            A México le falta mucho para pasar de la posición 39 a la 1ª, pero nada es imposible. Si en algo creo, es que el mexicano puede lograr lo que se propone cuando deja de lado su pereza, soberbia y conformismo; y no necesariamente en referencia a los juegos olímpicos, porque la competencia se da en todos los ámbitos, y es muy claro el ejemplo que para bien o para mal: Estados Unidos y China son las potencias tanto a nivel económico como deportivamente hablando. Así que México tendrá que hacer reflexión sobre ello, y pensar que para darle la grandeza que merece esta nación, no basta con una medalla de futbol, hay que desarrollar esa capacidad para transformar y hacer cosas mejores día a día.           

lunes, 6 de agosto de 2012

Un mes después… ¿en qué vamos?


Hace ya poco más de un mes que se celebraron los comicios para elegir Presidente de la República, Senadores y Diputados Federales. En algunos Entidades Federativas, también se hicieron relevos para los cargos de Gobernador, Alcaldías y algunos Congresos locales. Sin embargo, ninguna de ellas ha causado tanto revuelo como la primera, la elección del Ejecutivo Federal.

               Y es que a pesar de que ha pasado ya un mes desde que se celebraron las elecciones, aun no queda plenamente acreditada la posición para quien resultó ser el puntero de la misma. Tenemos nuevamente dos extremos que sin duda son vergonzosos, el de aquellos que dicen que existen pruebas suficientes para invalidar la elección y el de aquellos que señalan que aun cuando existieron violaciones a la Ley a lo largo de toda la campaña electoral e incluso en la jornada misma, consideran que dichos elementos no son suficientes para invalidar los comicios. Prefiero dejar fuera la opinión de aquellos que piensan que la jornada fue ejemplar, porque de manera honesta y respetuosa, no me queda clara la elección de la que hablan.

                Pero la pregunta a todo esto es ¿en dónde estamos parados? Cada vez es más claro que la imposición del más ignorante de los candidatos, será el resultado final de estos comicios. Es decir, Peña Nieto será Presidente de la República y viviremos una vez más, un fraude electoral al que los mexicanos tendrán que sobrevivir por otros seis años si bien nos va. Comienza a darse la segunda etapa de la manipulación, y los medios inician con el bombardeo al decir que la sociedad está cansada, que se ha dado cuenta de que la elección ha sido limpia, de que el loco de Andrés Manuel López Obrador nuevamente quiere ser presidente a la de a fuerza y que los chavos del #YoSoy132 están cada vez más coludidos con los políticos corruptos del país. De todo esto, lo único cierto es que efectivamente la sociedad vuelve a ser víctima de este bombardeo mediático en donde el único triunfo, parece ser la resignación para aceptar a un personaje, como he dicho, el más ignorante peleando el título a Fox, para presidir el cargo político más importante del país, y trascender a la historia como aquel guapete de telenovela sin ningún perfil espectacular que llegó a ser Presidente.   

                La sociedad tiene que aguantar y demostrar que está cansada de que le vean la cara un año sí y el otro también, tiene que salir a las calles a expresar su inconformidad, aun cuando esto represente el hartazgo banal de un s ector de la población conformista que critica desde un asiento dándose aires de intelectuales, sin aportar nada verdaderamente productivo al pensamiento crítico que debería existir en una sociedad que ha sido tan pisoteada a lo largo de su historia misma.

                No es que me situé en una perspectiva pesimista o de conformismo, pero he de aceptar que probablemente Enrique Peña Nieto sea quien encabece la política nacional por los próximos seis años, y es que, aunque en la praxis son más que evidentes las irregularidades que podrían hacer valida la nulidad de la elección, persiste a la par un ordenamiento jurídico que como siempre, protege menos al ciudadano y privilegia más los intereses de los poderes fácticos que controlan al país. Es vergonzoso que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tenga como spot, y que en realidad pareciera su lema, el decir que: “Tú tomas la decisión, nosotros la protegemos”; cuando sigue sin quedar clara la decisión que protegen, y que en vísperas de quedar bien con aquellos que lo mantienen en un cargo, sacrifican de plano el derecho a elegir libremente de aquellos que creen vivir en una democracia.

                No quiero perder la esperanza, y deseo pensar por un momento que invalidar la elección es posible, porque sin duda existen elementos suficientes para proceder en esos términos, pero francamente, al ver a las personas que ocupan las sillas del Tribunal Electoral, la decepción vuelve inevitablemente. Lo único que me queda claro, es que como buenos guerreros que son los mexicanos, aquellos que luchan en verdad por ser libres y aspirar a un país más justo, se impondrán para controlar, criticar y exigir al probablemente impuesto Presidente de la Nación. Porque solamente así, y es que no veo otro camino para no caer al precipicio, será como nuevamente la sociedad mexicana demuestre que tiene una capacidad de la que seguramente no se ha dado cuenta que puede explotar, o que al menos no quiere ejercitar hasta el momento en que algo verdaderamente atroz la apague.

viernes, 13 de abril de 2012

Dinero con Enrique Galván Ochoa


En diferentes escenarios, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador presentaron sus ideas sobre el petróleo y PEMEX, López Obrador dice que PEMEX debe de seguir el modelo de Noruega, el de su empresa STATOIL, y Peña Nieto sostiene que debe de seguir el modelo de Brasil y de su compañía PETROBRAS. Son dos petroleras de muchísimo éxito, de entrada ambos candidatos coinciden cuando menos en dos puntos, no lo verbalizaron pero implícitamente se están pronunciando por cambiar el modelo de PEMEX que opera con pérdidas. Tienen otra coincidencia, es así de explícita, PEMEX debe abrirse a la inversión privada. En cuanto a sus diferencias y las de los partidos que los postulan, hay que advertir que el PRI apoyó al PAN para que continuaran los gasolinazos, los aumentos mensuales de este combustible,que continuarán ocurriendo los próximos tres años, mientras que el PRD y PT votaron en contra. Hay más diferencias, Peña Nieto sostiene que en una primera etapa habría que lograr la apertura de PEMEX mediante una reforma constitucional a fin de hacer de la petrolera una empresa más grande, en la que participe la iniciativa privada, tanto en la exploración como en la producción de petrolíferos y luego, en una etapa posterior bursatilizar su capital, es decir colocar parte de su capital en la Bolsa de Valores, como lo ha hecho PETROBRAS. La experiencia exitosa de PETROBRAS, sin duda se ha convertido en un gran referente, yo creo que hay que aprender mucho de esa experiencia –afirma Peña Nieto- y tiene prisa, dice que esta reforma y otras tienen que salir aprobadas del Congreso entre el día de la elección, el primero de julio y antes de su toma de posesión, el primero de diciembre si es que gana la elección. Por su lado, López Obrador dice que PEMEX debe de seguir el modelo de Noruega, su empresa STATOIL es mayoritariamente propiedad Estatal aunque tiene accionistas privados, propone la construcción de cinco nuevas refinerías a fin de que el país deje de importar gasolina. López Obrador prefiere el modelo noruego porque ha tenido éxito en contener el despilfarro de los recursos. Desde años atrás, el Gobierno de Noruega ha estado invirtiendo parte de las ganancias en una cuenta que se llama “Fondo Petrolero Gubernamental”, los activos de esta cuenta superan los 120 mil millones de dólares, una enorme suma para un país de menos de cinco millones de habitantes, asi que suba o baje el precio del crudo en el mercado internacional, esto no afecta el nivel de vida de la sociedad porque está este colchón, ese fondo. Estos son algunos puntos de EPN y AMLO en cuanto a las propuestas en materia de petróleo y del destino de PEMEX.     

miércoles, 11 de abril de 2012

Rumbo a la derrota por Javier Solórzano

El verdadero arranque de la campaña presidencial empieza el lunes. Las semanas anteriores, posteriores a ese híbrido llamado intercampañas, han servido para que los candidatos estiren las piernas y se suban al ring para darse sus rounds de sombra. Si alguien debió aprender algo estos días es Josefina Vázquez  Mota. Si no se ha dado cuenta de sus tropiezos y la falta de coordinación en su campaña va estar más perdida de lo que se ve.

El incidente del jueves pasado en un pequeño restaurante en Tres Marías pudo ser evitado fácilmente. No es posible que no se haya enviado una avanzada que se hubiera adelantado para crear las condiciones favorables para la llegada de Josefina junto con la parafernalia que por lo general acompaña a los candidatos, trátese de quien se trate. Han querido en su desigual equipo minimizar lo ocurrido; SIN EMBARGO, si bien no es para tanto, el problema no es sólo que se hayan visto afectados un grupos de ciudadanos, es el caos que se ve desde fuera y dentro.

Josefina tiene que ser candidata y dejar a un lado su actitud de personaje “buena onda”. No le puede caer bien a todos y para avanzar debe dar un golpe en la mesa y no sólo cambiar o reestructurar su equipo de campaña. No basta con los muy anunciados cambios, tiene que dirigir ella misma la campaña como lo están haciendo sus adversarios, incluyendo a Quadri. Tiene que ponerse seria políticamente, no sonreír de todo como si esto fuera una especie de pasaporte hacia los votos. El hecho que entre la insidia y la especulación, de la mano de los “dolidos” y derrotados, se ande jugueteado con la idea de su reemplazo es el peor de los signos que puede tener su campaña.

Se ve contracorriente el futuro porque si bien estos días los ciudadanos pudiera ser que no nos hemos podido dar realmente cuenta a quienes tenemos enfrente, la ventaja de entre 15 y 20 puntos es muy amplia a lo que se suma que el PRI tiene un aparato que en las elecciones presidenciales de hace 6 años no tenía el PRD, en los tiempos en que López  Obrador iba adelante de Calderón. El escenario se está acomodando para que Peña Nieto nade de pechito, dicho de otra manera, no arriesga y está en el confort electoral  mientras el tiempo pasa.

Si Josefina no da un golpe importante, atractivo y llamativo para los ciudadanos en los próximos días, difícilmente va a ganar. El cambio en su equipo es un asunto de grillas internas y de “círculo rojo” y a la mayoría de los ciudadanos termina por darles lo mismo, lo que el votante quiere ver es otra cosa y no si está uno por otro. Buena parte de la población ya tiene la definición de su voto, la clave está en los indecisos. ¿Cómo se llega a la definición? Son muchos los factores, pero está demostrado que las emociones; los beneficios que puede obtener el ciudadano con uno u otro candidato; el estado de ánimo el día de la elección; las historias personales; las historias con los gobiernos; y las actitudes e imagen de los candidatos determina el voto. A esto sumémosle las militancias partidarias que como bien se sabe tienen su dosis de irracionalidad.
 
Suponemos que en Los Pinos empiezan a percibir que Josefina está marcadamente más cerca de la derrota que de la victoria. Si la verdadera campaña empieza el lunes habrá que ver cómo regresó después de su turbulenta santa semana. Vázquez Mota está pagando su desigual inicio de campaña junto con una mala marca que trae, nos referimos al PAN y al gobierno. Parte de sus spots y discursos hacen referencia a que es “diferente”. La pregunta es qué quiere decir “diferente”. El único referente que tenemos es el gobierno panista.

Está metida en un problema mayor y va contracorriente. Su ventaja, a pesar de todo, es que todavía hay tiempo, pero es evidente que si no da un golpe pronto que le permita reposicionarse, más vale que piense desde ya qué va a hacer después del primero de julio porque por lo menos hoy su rumbo es la derrota.

martes, 21 de febrero de 2012

Elastichica por Denise Dresser

Josefina Vázquez Mota sonríe. Y sonríe. Y sonríe. Pero también hace otra cosa al arrancar su campaña presidencial. Como la protagonista “Elastichica” de la película Los Increíbles, se estira en una dirección con la mayor facilidad, y luego en la otra sin pestañear siquiera. Es la candidata que sabe decirle a cada quién exactamente lo que quiere oír. Puede desayunar en la mañana con los concesionarios de radio y televisión y salir ovacionada. Por la tarde recibe aplausos emocionados de los que están al frente de las radios comunitarias. Habla de “consolidar” el trabajo de Vicente Fox y Felipe Calderón, mientras aspira a un “México posible”, que sus predecesores panistas no lograron construir. Puede presentarse en un mismo día como una candidata del cambio y como un avatar de la continuidad. Josefina elástica, flexible, moldeable y por ello mismo difícil de aprehender. Difícil de entender.

No cabe duda que es una mujer políticamente hábil y mediáticamente astuta. Ha sabido tender puentes entre tirios y troyanos, entre miembros del gobierno y representantes de la sociedad civil. Ha sabido estar al frente de dos Secretarías importantes -Desarrollo Social y Educación- y crear equipos talentosos desde allí. Conversa, seduce, elogia, concilia, convoca. Se presenta como un personaje más cercano a la ciudadanía que sus contrincantes. Pero lo que la hace distintiva hasta este momento no son sus posturas sino su género. Lo que la hace memorable en esta coyuntura no es el hecho de apoyar la reforma política sino el hecho de ser mujer. Sólo en eso es válida su afirmación de no ser más de lo mismo. En todo lo demás representa la continuidad con las administraciones panistas de los últimos 12 años. No quiere romper con Felipe Calderón porque no sabría a dónde ir, qué decir, qué ofrecer, en dónde estar parada.

Es cierto, Josefina Vázquez Mota es mujer y eso le da la ventaja de la novedad. Pero es una mujer de convicciones poco claras y eso le restará apoyos si no se define y de mejor manera. Basta con escuchar la elasticidad de sus palabras, la maleabilidad de sus pronunciamientos. Afirma que “es momento de replantear la política pública en el campo mexicano”, pero no dice cómo. Dice que “no tiene miedo para enfrentar el crimen organizado”, pero no delinea la estrategia con la cual lo hará. Propone fortalecer el mercado interno pero no explica el plan para lograrlo. Insiste en la reconstrucción de la paz en el país, pero para asegurarla sólo ofrece darle a México el mismo trato que despliega con sus hijas. Dice que combatirá los monopolios cuando ella fue una de las negociadoras que llevó al PAN a apoyar la Ley Televisa, como coordinadora de campaña de Felipe Calderón.

Cuando se le pregunta sobre la homologación del IVA responde que “más que una medida parcial, lo que requerimos es una reforma hacendaria integral”. Cuando se le cuestiona sobre la necesidad de otra reforma energética contesta que “más que una reforma energética lo que requerimos es seguir trabajando en aspectos que no hemos reformado”. Cuando se le interroga sobre la posible desaparición del IMSS y del ISSSTE para crear un solo sistema de seguridad pública responde simplemente “tenemos que hacer una revisión profunda de las instituciones”. Y es aún más elástica y escabullidiza en el tema del combate al crimen y la guerra contra el narcotráfico. Reconoce la valentía personal de Felipe Calderón, pero más allá de eso no aporta más que la frase trivial, la declaración banal, la respuesta hueca.
Josefina habla mucho pero dice poco; sonríe mucho pero se compromete poco. Hasta hoy su candidatura es una falda abotonada con buenas intenciones. Y eso no será suficiente para afrontar el lento crecimiento de la economía, el escalamiento intenso de la violencia, el hartazgo ciudadano con el PAN. Si Josefina no empieza a asumir posiciones que la distancien de Vicente Fox y Felipe Calderón, acabará siendo la candidata del statu quo. Quedará aprisionada entre un Enrique Peña Nieto que ofrece el valor de la experiencia -aunque haya sido corrupta- y un López Obrador que ofrece el rompimiento radical a través de la República besucona. Quedará atrapada entre quien dice sí saber gobernar y el que promete hacerlo de forma fundamentalmente distinta. Quedará acorralada entre el esfuerzo de restauración priista y el intento de seducción lopezobradorista.

En el discurso en el cual asume su candidatura, Josefina declara que el enemigo a vencer es Enrique Peña Nieto, que “no conoce a fondo los problemas del país y que tiene muchos compromisos”. Pues para confrontarlo y ganar, tendrá que reemplazar la elasticidad por la congruencia, la maleabilidad por la toma de posiciones contundentes, el escabullimiento por la manifestación de posturas valientes. Tendrá que romper con los mismos compromisos que le achaca a Peña Nieto y que explican por qué el PAN ha podido hacer tan poco en los últimos dos sexenios. Tendrá que hacer una campaña de contrastes con el PRI del pasado y ello requerirá ser una mujer de hierro y no una mamá de plastilina.

lunes, 13 de febrero de 2012

Maternalismo por Jesús Silva-Herzog Márquez

Josefina Vázquez Mota ganó con facilidad la candidatura del PAN. No tuvo que esforzarse por bosquejar una idea de gobierno, no se tomó la molestia de debatir con sus adversarios en el partido. Se paseó por el país con la sonrisa como único mensaje y con el discurso de género como novedad característica. Integrante prominente de los dos gobiernos panistas no trató en ningún momento de esclarecer la línea de continuidad y el punto de cambio que propone para el futuro. No es que permaneciera callada, es que de sus palabras es imposible extraer una idea. Lugares comunes envueltos en buenas intenciones. La candidata del PAN puede hablar durante horas sin que se tropiece con un argumento. Vázquez Mota padece la enfermedad que azota por igual a políticos y locutores. Ambos suelen ser víctimas de la palabrería: una incontinencia verbal que trata a la palabra como costal para tapar el silencio.

Entre la palabrería de la candidata despunta un mensaje que se perfila como el corazón de su discurso electoral. Al celebrar su victoria en la contienda interna del PAN, Josefina Vázquez Mota ofreció en varias ocasiones un gobierno maternal. Cuidaré de ustedes como he cuidado a mis hijas, dijo una y otra vez. Frente a los panistas que celebraban su victoria presentó a su familia como ejemplo de su política, presentándola al país como un modelo. Al parecer, la guía de su política ha sido la experiencia de su propia maternidad. Cuidaré de México como he cuidado de mi casa. El punto es llamativo porque se trata de una política con innegable experiencia de gobierno. Nadie como ella representa a las dos administraciones panistas. Trabajó con Fox y también con Calderón. Estuvo al frente de la Secretaría de Desarrollo Social y de la Secretaría de Educación Pública, dos monstruos de la administración pública federal. Encabezó la bancada panista en la Cámara de Diputados. Por eso, porque no se trata de una novata, porque nadie podría negar que es una profesional de la política, sorprende que su mensaje desdeñe su experiencia administrativa para subrayar su experiencia familiar.

Mientras la izquierda propone una república amorosa, la derecha propone una política maternal.

La presidenta como madre que nos cuida, que nos alimenta, que nos protege de los malos y nos educa para el bien. No niego que la línea sea emocionalmente poderosa. No dudo que funcione y que, en algunos círculos, resulte hasta conmovedora. Lo que quisiera explorar es si ese discurso es democráticamente aceptable y si está la candidata dispuesta a asumir las consecuencias de esa concepción. Asociar el gobierno con la paternidad (o la maternidad) es una de las ideas más antiguas y, quizá por ello, una de las nociones primordiales de la política: el gobernante como un padre protector que, con severidad (o dulzura), nos hace ver lo que por nuestra inmadurez, no alcanzamos a entender. El paternalismo nos niega como ciudadanos capaces de evaluar el mundo por nosotros mismos. Nos ve como niños y nos trata como niños. Nos cree incapaces de decidir y, sobre todo, está convencido de que nos podemos hacer mucho daño si nos dejan libres. Cuando el patriarca nos castiga es, siempre en nuestro nombre y para nuestro propio bien. Por eso me parece inaceptable el maternalismo de Josefina Vázquez Mota. Sería aberrante que Peña Nieto o López Obrador ofrecieran cuidarnos como cuidan a sus hijos porque lo que queremos de un gobernante es que nos reconozca como ciudadanos. 
 
El maternalismo de Josefina Vázquez Mota es la forma más desafortunada de usar políticamente la carta de género porque lanza a su propia familia al ring de la contienda, porque confunde el ámbito privado con la esfera pública, porque desliza una preocupante negación de nuestra adultez. No niego la importancia histórica de que Josefina Vázquez Mota sea la primera mujer con probabilidades serias de ocupar la presidencia de la república. No niego tampoco que una mujer pudiera, por el hecho de serlo, representar un estilo de liderazgo peculiar que, como ha apuntado Joseph Nye, sea más adecuado a los nuevos tiempos. Lo que cuestiono es que se invoque a la familia como modelo político. Hacerlo invita a una inspección que nada aporta a la vida pública. Si la panista relata que nos cuidará como ha cuidado de sus hijas, ¿tendríamos derecho a examinar cómo lo ha hecho? ¿Podríamos criticarla en los medios como madre de familia? ¿Creería legítimo que se cuestionara públicamente su maternidad? Supongo que no: para evaluar a la política debemos mantenernos lejos de la recámara de sus hijas. La candidata no debería invitarnos a abrir esa puerta.

La urgencia de escapar del vocabulario bélico de Felipe Calderón ha provocado graves retrocesos discursivos: la invocación del amor y de la familia como remedios a la guerra.

jueves, 2 de febrero de 2012

FANTASÍAS PEÑANIETISTAS por Iván Santillana.

Hace un par de días, conversando con un buen amigo a través de alguna red social, salió a diálogo un tema del que se ha hablado mucho los últimos meses en el ámbito político mexicano: Los errores de comunicación y mercadeo de Enrique Peña Nieto.


Y es que, faltando poco tiempo para que se realicen las elecciones presidenciales, el pueblo mexicano ha comenzado a tomar en consideración cada detalle de los posibles candidatos a ocupar el trono ejecutivo del sub-imperio azteca. Tal es el caso de mi camarada, quien me cuestionó del porqué algunos ciudadanos hemos tomado tan a pecho la postura “No Lectora” de Peña Nieto. He aquí el razonamiento de mi disgusto.


La historia (Tanto en su versión oficial, como en la verídica. La segunda más que la primera) se ha encargado de demostrarnos que en nuestro país el problema, de fondo y forma, ha sido la bajísima calidad en la educación pública y, sobretodo, la falta de interés por parte de nuestros compatriotas en aspectos tan sencillos como la cultura, la ciencia, el arte, la creatividad y la consciencia social. Incluso, podría mencionar como factores influyentes en este crónico conflicto a las corrientes religiosas y a la idiosincrasia general; sin embargo, para ello requiero mayores argumentos que ahora mismo no vienen al caso.


Ahora bien, tomando en consideración dicha problemática debemos analizar el hecho de que, es tarea de las instituciones gubernamentales implementar programas de apoyo a la ciudadanía que garanticen una igualdad de oportunidades en el acceso a medios informativos que resulten eficaces para la formación de un carácter crítico-emprendedor en la juventud mexicana. Por ende, la figura del Presidente de la República, debería (hablando utópicamente) estar representada por un personaje que además de liderazgo, proyecte: Una imagen amigable hacia el conocimiento, sensibilidad en las necesidades sociales, solidaridad para combatir la desgracia común, familiarizado con el sentir del pueblo, preocupado por el cuidado del medio ambiente, férreo defensor de los derechos humanos, obrero de un proyecto firme que busque alcanzar un progreso sostenido, laico, firme, honesto, enérgico… entre otras cosas.


Tal vez parezca imposible o hasta exagerada la idea de contar con una figura de tal eficiencia, pero creo que es nuestro deber como ciudadanos exigir en todo nivel de gobierno e instancia pública el mayor grado de especialización y compromiso posibles. De otra manera, nuestro pueblo seguirá siendo vulnerable al ataque de infinidad de enemigos internos cuya única finalidad será la de obtener mayor poder a costa del sufrimiento y carencia generalizada. Así mismo, creo que todo mexicano está obligado a emitir una crítica de sí mismo y preguntarse: ¿Qué está mal en mi actuar cotidiano? Y no sólo eso, sino plantearse como propósito encontrar una solución eficaz para corregir sus errores.


Para concluir, me gustaría tener la oportunidad de recomendarle a Enrique Peña Nieto (a través de sus asesores) planear una estrategia que lo deslinde de esa imagen ignorante, superficial, burguesa y desidiosa en la que se le ha etiquetado. Basta con que analice a sus contrapartes y tenga la delicadeza de identificar que, si algo tienen en común (aparte del deseo por vencerlo) es que prácticamente todos ellos han escrito libros, artículos, iniciativas y proyectos de ley, programas públicos, planes de desarrollo, y demás.


A mi amigo, de manera más personal, le respondería que no esperamos que Enrique Peña Nieto sea fiel seguidor de Nietzsche, Dostoievski, Bukowski, Hemingway, Voltaire, García Márquez, Fuentes, Octavio Paz, Neruda, Vargas Llosa, Benedetti, Cortázar, Fitzgerald, Sheakespeare, Homero, Virgilio, Netzahualcóyotl y demás. Pero, podemos pedirle que este relacionado con lecturas propias de todo aquel que se interese en las ciencias políticas y sociales como las de  Aristóteles, Maquiavelo, Kant, Kelsen, Hegel, Marx, Engels, Weber, Bobbio, etc. O ya como mínimo, exigirle que lea el sistema normativo que regula la vida de la sociedad mexicana; así, al menos, cuando le pregunten “¿Cuál es su libro favorito?” podría sacarse de la manga una respuesta como la de Andrés Manuel López Obrador: “La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”.